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‘The Bar. Homenaje al Dry Martini’, libro por el 40 Aniversario del mítico establecimiento

‘The Bar. Homenaje al Dry Martini’, libro por el 40 Aniversario del mítico establecimiento

Javier de las Muelas publica un nuevo libro con motivo del 40 Aniversario del mítico establecimiento Dry Martini en Barcelona.

‘The Bar’ (Planeta Gastro) es un viaje por la historia del Dry Martini a través de uno de los referentes de nuestro país, el Dry Martini Bar que ahora cumple 40 años. El autor ha querido recopilar los mejores momentos del establecimiento barcelonés desde que abrió sus puertas y rinde tributo al icónico cóctel.

En las páginas del libro, se pueden ver imágenes históricas del bar, la evolución de la carta de cócteles, los orígenes del cóctel, su relación con el arte, el cine y la literatura o cómo lo preferían personajes conocidos como Hemingway o Churchill. También, el lector podrá explorar cada rincón del espacio, se tendrá acceso a detalles e historias inéditas y se podrá colar durante 24 horas en la trastienda del local.

Para celebrar el aniversario, Javier de las Muelas, se puso detrás de la barra de su local para explicar qué la historia del local empezó con un sueño de Pedro Carbonell, que imaginó un bar inglés, de madera, elegante y con personalidad, en el centro de Barcelona, dedicado en exclusiva al cóctel por excelencia: el dry Martini, “yo heredé ese sueño y hoy sigue más vivo que nunca”.

“El libro quiere ser un viaje y un álbum de recuerdos, una fiesta y un homenaje a todos los que, como yo mismo, creen que los bares son iglesias; los bármanes, sacerdotes; feligreses los clientes, la ofrenda los cócteles, y todo oficiado con una liturgia única”, explicó Javier de las Muelas.

Parte de la leyenda del dry martini se debe a la contribución de grandes artistas y figuras del siglo XX, que lo han hecho ingresar por derecho propio en la cultura.

Existen muchas referencias a este cóctel en la historia de la literatura. Anne Sexton habla en su poema de 1971 “Cinderella” de un lechero que, tras entrar en el negocio inmobiliario, cambia la leche por los martinis a la hora de comer. Se cree que Jack London, el gran novelista estadounidense, fue uno de los primeros en asociar el dry Martini a cierto estatus social. En una de sus novelas “Luz del día”, su protagonista, Ellam Harnish, abandona el whisky a favor del cóctel tras hacerse millonario durante la fiebre del oro.

Hemingway veía el dry Martini no como una bebida elitista, sino como un símbolo de humanidad y civilización, lo plasmó en su novela “Adiós a las armas”. Hemingway viajó a España con Dorothy Parker en 1926 para disfrutar de la gastronomía, el clima, e incluso, una corrida de toros. Les unía sus ideas políticas y su afición a la bebida, acudían a las tertulias de escritores más importantes de la ciudad de Nueva York, la ginebra era la bebida principal pero para Dorothy el dry Martini, el trago favorito.

Pero cuándo se habla de martini, lo primero que viene a la cabeza es el séptimo arte, el personaje creado por Ian Fleming, el agente James Bond. Aunque el cine hizo creer lo contario, en los libros, Bond solo bebe martini en la primera entrega de la saga, “Casino royale”, y no es un dry martini clásico, sino que cambia el vermut por vodka.

El Dry Martini, pionero en el concepto de coctelería actual, fue inaugurado en 1978 por Pedro Carbonell con la idea de ser Martinería y en él sólo se servían dry martinis.

Al principio era un bar de caballeros,  con clientela fija y un saber tradicional. Para entrar habían unas gruesas cortinas que impedían ver lo qué sucedía en el interior, si se lograba entrar el cliente se adentraba en un local de estilo inglés, con materiales de cuero, madera y latón y una gran barra con una impresionante mise en place de 3 metros dedicada sólo a oficiar martinis y con un espejo detrás donde estaba grabado en letras escarchadas la emblemática receta: de ginebra y vermut.

En 1996, Javier de las Muelas, se convierte en el propietario de la coctelería. De las Muelas, creador en 1979 y 1982 de los dos míticos Gimlets, así como de otros establecimientos como Nick Havanna y Casa Fernández en Barcelona. Los camareros siguen vistiendo las clásicas chaquetillas blancas y dando valor a la cultura de servicio que es referencia para Javier y su equipo, y continuando con la tradición de registrar los martinis servidos. Esto viene de Pedro Carbonell que en su época los apuntaba en una libreta azul y, más tarde en la caja registradora.  Cuando entro Javier diseñó un marcador luminoso con números rojos: el Dry Martini Counter. De este modo se podía contar cuántos  se servían hasta llegas a un millón y esto ocurrió un 30 de junio de 2010, una mujer pidió un martini y los números avanzaron, según De las Muelas “Nos hizo especial ilusión. Además, el hecho de que fuera una mujer suponía la confirmación de que los cambios a abrirnos hacia un nuevo público era lo correcto”. Ya no era un local sólo para caballeros, ahora accedía nuevo público, tanto mujeres como gente joven.

Javier de las Muelas no ha cesado de innovar creando diversas colecciones y creaciones de cócteles, como los Spoon Martinis o los Excentrics. Cada cóctel lleva consigo una verdadera liturgia: los espacios de Javier de las Muelas son iglesias y sus clientes, feligreses.

Asistieron a la celebración muchos amigos del empresario que quisieron felicitarle personalmente, como Carles Abellán, Carles Gaig, Carme Ruscalleda, Christian Escribà, Oriol Castro, Loquillo, entre otras caras no tan conocidas pero importantes para Javier De las Muelas ya que han formado parte de su trayectoria empresarial.

Montse Carreño, Noviembre-2018