Adiós inesperado

Álvaro Bultó, aventurero y especialista en deportes extremos, perdió la vida a los 51 años en un accidente en los Alpes suizos cuando practica “Wingfly”, una especialidad del paracaidismo en la que se salta al vacío y se planea en el aire con un traje de alas, era una de sus actividades preferidas.

Sobre las 10 de mañana se produjo el accidente mortal en el cantón de Berna. La primera versión que se dijo es que el paracaídas no se abrió, pero parece ser que se estrelló contra una roca. Las autoridades suizas le practicaron la autopsia para determinar con precisión el motivo del fallecimiento.

El mes pasado Bultó ya sufrió un pequeño percance durante un salto en Benidorm. Su intención era sobrevolar el Gran Hotel Bali pasando a pocos metros del tejado y el aterrizaje estaba previsto en la playa pero un giro imprevisto hizo que acabara en el tejado del citado hotel, produciéndose leves contusiones y un gran susto.

Escaló la pared más alta del ártico en Groenlandia, pero el paracaidismo fue su principal ocupación los últimos 10 años y había realizado más de 3.000 saltos. Fundó ‘Proyecto Alas’ junto a sus amigos y compañeros de aventuras, Santi Colella y Toni López y con ellos cruzó en caída libre, de África a Europa, el Estrecho de Gibraltar, en 2005, fue el primer español en saltar sobre el Polo Norte, en 2006, y el primero en la Antártida, desde 3.000m, en 2007.

Nació el 11 de junio de 1962 y fue el penúltimo de los diez hijos del matrimonio formado por el fallecido Paco Bultó, fundador de las fábricas de motos Bultaco y Montesa, e Inés Sagnier. Su primer juguete fue una moto y a los 11 años ya estaba corriendo las primeras carreras. Pero las dos ruedas no eran su gran pasión sino la velocidad fue lo que más le tiró y sí el motocross, enduro, dirt track o supermotard, modalidad de la que fue un pionero. Como piloto de raids participó dos veces en el rally Paris-Daklar en motos, acabando una, y también en coches, en el Camel Trophy y diversos campeonatos de motocross y en las 24 horas de resistencia de Montmeló.

Compaginó su faceta de aventurero con la televisión. En la 2 de TVE estuvo 13 años presentando el programa “Frontera límite”, donde buscaba emociones deportivas. Más tarde se atrevió con bailar y participó en “Mira quién baila”, demostrando una buena habilidad y hace unos meses se atrevió a saltar en trampolín en T5.

Un hombre capaz de cualquier reto, amante de la adrenalina que encontró en los deportes más extremos su forma de vida, solía decir que su pasión y su gasolina eran sus aventuras. En el amor apostó por relaciones con muchas famosas, se prometió con Paloma Lago, en el 2004, pero rompieron de mutuo acuerdo meses antes de su boda. Luego estuvo con Yvonne Reyes, Raquel Revuelta, e incluso con la infanta Cristina.

Su hermana Inés fue la encargada de acudir a Suiza a buscar los restos de su hermano, lo incineraron en Suiza para un traslado más fácil, por ello hasta el día 29 sus familiares y amigos acudieron al Tanatorio de Sant Gervasi de Barcelona, para despedirse de este magnífico hombre en una ceremonia religiosa de carácter privado.

Su compañero y amigo Santi Corella, volaba con él aquel día, y quiso contar lo que ocurrió a los medios de comunicación “No es que su paracaídas no funcionó, es que se topó con la pared, en un vuelo que estábamos haciendo los dos pegados a la pared de un acantilado, esto lo hacíamos normalmente, es un salto que consideramos fácil, no sé lo que pudo pasar, tal vez se despistó un momento , la cuestión es que chocó contra la pared y a la velocidad que vamos no se puede tocar, si se toca se acabo”. La velocidad es de unos 180 kilómetros por hora “Álvaro iba detrás de mí, iba filmando y ya nunca más lo vi. Ha sido una perdida enorme, porque llevábamos 17 años con él, viviendo sus y nuestras aventuras, haciendo saltos increíbles. Álvaro a terminado volando y seguirá volando”.

El adiós al deportista estuvo marcado por la discreción de sus seres queridos, muchos entraban directamente por el parking para subir directamente a la capilla ardiente, acudieron al tanatorio cerca de 600 personas, entre ellas rostros conocidos como Arantxa Sánchez Vicario y su marido Josep Santacana; Alex Criville y su esposa Marta; Elsa Anka; Xavier Trias; Mireia Canalda; Carlos Cardus, Joan Laporta, Enrique Lacalle, Dani Clos, Jordi Arrese y su esposa Natalia; Julio Salinas y su esposa; Alberto Fernández Díaz, que fueron al mismo colegio; Jaime Alguersuari. El familiar más fotografiado fue, el expiloto Sete Gibernau, que cogido de la mano de su novia y ocultando su dolor tras unas gafas de sol, dijo a la salida del sepelio a la prensa “Muchas gracias”.

Su urna roja presidió el funeral, que se inició con la lectura del poema de Mario Benedetti “No te rindas”; sonaron las notas del “Ave María” de Schubert, y el “Va pensiero “del Nabucco de Verdi. Mientras que su hermano Curro, que es el pequeño y su íntimo amigo Xavi Riba, hablaron de cómo era Álvaro, la verdad es que no dijeron nada nuevo, todos ya sabían perfectamente que ese hombre bueno, afable, querido por su familia, con su sonrisa sincera, se había ido, pero que ya estaba planeando nuevas aventuras que por desgracia los mortales no las podremos disfrutar.

Xavi Riba, amigo desde los 15 años, eran inseparables, los dos estaban solteros y de la misma edad, les unió el esquí y el amor a las motos, se consideraban hermanos.

Uno de los próximos retos de este aventurero incansable era hermanar Barcelona con el vuelo y de qué manera, pues volando por encima del monumento gaudiniano más importante, La Sagrada Familia. Estuvimos hablando del tema en los Mundiales de natación de Barcelona, pero me dijo que hasta finales de septiembre no podía comentármelo, que para entonces hablaríamos.

Estaba en plena forma física y seguía recorriendo el mundo en busca de aventuras. Su mayor pasión, su amor por el riesgo, la velocidad y los retos le costaron la vida.

Montse Carreño, 29-Agosto-2013