Ajoblanco, restaurante y cócteles

Hace unos días abrió sus puertas un nuevo espacio pensado para combinar tapas de alto nivel y cócteles creativos. Es el espectacular Ajoblanco ubicado en la calle Tuset, 20-24 de Barcelona, cerca del eje del Passeig de Gràcia con Diagonal. Una calle legendaria por su histórica oferta de ocio, que se remonta a los 70 y al mítico Bocaccio, un punto de encuentro en su momento de más álgido. En estos momentos tiene, a pocos metros de distancia, varias de las salas de fiestas más concurridas de la ciudad.

Es un espacio en cuya concepción se ha cuidado cada detalle, y que pretende ofrecer una experiencia culinaria basada en la tradición de la tapa elaborada con el mejor producto fresco. Su localización y diseño le otorgan una doble vida como espacio de ocio nocturno idóneo para continuar las cenas con una primera copa o como punto de encuentro para emprender una ruta nocturna en una de las zonas más alegres de la noche barcelonesa. En Ajoblanco se podrá disfrutar de sesiones de dj y actuaciones musicales en vivo.

El diseño del local ha sido realizado por el estudio Contemporain, de Lázaro Rosa-Violán. Interiorista, diseñador y pintor, Rosa-Violán es un artista total que encuentra en sus constantes viajes la inspiración para su prolífica obra. Se describe a sí mismo como un “arqueólogo urbano” y un “cazador de estilos”. Cuando le propusieron diseñarlo, desde el principio tuvo claro que industrial y cocina serían los conceptos principales que definirían el proyecto.

Sin embargo el estilo industrial impreso en el local ha sido rebajado con el fin de alejarse del estilo originario de los años 20 en los Estados Unidos y que tuvo su máximo exponente durante los años 50, cuando toman protagonismo las fábricas y almacenes en las periferias de las ciudades como opción de vivienda. Es por ello que dicho estilo se refleja de forma casi exclusiva en la iluminación. Usando un sinfín de modelos de lámparas y apliques, con tulipas de distintos tamaños y formas, dando un aire desenfadado al espacio.

Por otro lado el mueble central, con claras referencias a las cocinas tradicionales inglesas, se convierte en el protagonista indiscutible del restaurante. Situado en el centro del local, se integra en la fachada de la cocina. Con un gran ventanal deja expuesta la cocina y por donde se puede observar el ajetreo interno y la actividad de los cocineros. Todo unido le da al local un ambiente hogareño y cálido, como si de una cocina familiar se tratara.

Su oferta gastronómica es muy rica, siendo la tapa tradicional quien centra la filosofía de Ajoblanco. Una carta cambiante en función de la disponibilidad de productos frescos de la máxima calidad, que incluye una selección de tapitas clásicas, desde la clásica tortilla de patata hasta la ensaladilla rusa, la fritura de pescado de la lonja o el pulpo a feira, que comparten espacio con propuestas singulares como las lentejas con foie o el sashimi de gamba. También se encuentran platos del día que recuperan la esencia de la cocina tradicional, como los garbanzos castellanos con bacalao y acelgas, la sopa de galets y pilota de xai o el lechazo asado. O ideales para compartir, como los huevos de corral estrellados, la ventresca de atún confitada o las puntas de espárragos a la plancha. La calidad de un producto selecto brilla en propuestas como el suquet de gamba roja, el arroz de secreto ibérico, las mollejas de bogavante o el arroz de espardenyes, o la exquisita simplicidad de las almejas 00 o las navajas gallegas. También hay platos de pescado y carne más contundentes, como el entrecot vasco, el taco de rabo de buey, el lomo de rape de San Vicente de la Barquera o el solomillo de Girona al carbón.

En cuanto a los cócteles tienen una carta de 16 tragos (6 de ellos aperitivos) elaborada teniendo en cuenta el destilado base utilizado en cada ocasión, tomando como referencia, en la mayoría de las ocasiones, clásicos que tienen su origen en los inicios de la coctelería. La barra ofrece coctelería de autor, clásicos bien conocidos como mojitos, caipirinhas, margaritas o daiquirís, además de recomendaciones fuera de carta, haciendo un repaso por la coctelería internacional. Nos ofrece una propuesta de Vodka &Tonics con previa infusión de diferentes ingredientes, creando así una línea de combinados única en el mercado y pos supuesto, una cuidada selección de licores y destilados de todo tipo.

José Lombardero y Kate Preston, son los propietarios del local, pero ellos se involucran en sus tareas de cocina o lo que haga falta, prepararon un menú muy variado para los medios de comunicación, que consistió en una degustación de aperitivos, de la lonja, de carne D.O. y de postres.

Se empezó con una bomba de merluza con salsa verde; ensaladilla de bogavante; foie y queso de cabra caramelizado; cocktail de mariscos, con tomate triturado, apio, guindilla, pulpo, navajas, berberechos y almeja; croquetas de codillo ibérico; berberechos al Martini y arroz Brut de sepia, alcachofas y tinta de calamar. Se siguió con el morro de bacalao a baja temperatura con salsa de ajo blanco y crema de piquillos, con maridaje de un Chardonnay del Penedés ‘Petit cause Ecologic’ y para finalizar un chuletón vasco de 1000gr. a la parrilla con salsa de rábano picante en esta ocasión maridaje de ‘Camins de Priorat’, cariñena, garnacha, cabernet Sauvignon y Syrah.

En la degustación de los postes hubo cremoso de maracuyá con chocolate blanco y lima; crumble de fruta de temporada con helado de vainilla; brownie de chocolate y frambuesas.

Kate Preston, de origen londinense, conoció España en su niñez, pero ha querido introducir comidas o especies de su tierra para dar de este modo una combinación diferente al paladar, para que pudiéramos opinar presentó ‘Eton Mess’ de la Kate, con frutos rojos, merengue y nata montada y “Cumble” de fruta de temporada (manzana y mora) con helado de vainilla.

Como era lógico no se podía marchar nadie sin probar alguno de sus cócteles, por lo que el chef ejecutivo segundo, recomendó el ‘Golden Kraken’ con especias, jarabe casero, zumo de pera, lima, jarabe de canela y para dar textura crema de huevo.

Los propietarios comentaron que tenían muchos proyectos en su mente, para que el negocio funcionara, por ejemplo tienen parking privado y aparcacoches los viernes, sábado y domingo. Al estar en una zona de ocio nocturno quieren ofrecer a sus clientes ofertas para ir a los locales colindantes, principalmente Sutton, Luz de Gas y Bling Bling. Kate explicó que con su experiencia e introducción de toques ingleses en las salsas y los postres daría un motivo para que la gente de Barcelona pasara por el restaurante a probar sabores nuevos y diferentes, convirtiéndose en una de sus características principales.

Por el momento el éxito ya lo tienen asegurado ya que son del Grupo Lombardo y se han expandido durante la última década a través de su marca Taller de Tapas, que cuenta ya con seis establecimientos en Barcelona, además del restaurante Casa Delfín.

Montse Carreño, 26-Marzo-2014