Bodas de oro, de una leyenda, en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona

Los actos conmemorativos  comenzaron por la mañana con la inauguración de la exposición “Montserrat Caballé, 50 anys al Liceu (1962-2012)”, que estará abierta al público hasta el 20 de marzo. Donde se repasa la trayectoria de la soprano Montserrat Caballé a través de una interesante muestra con fotografías, proyecciones y vestuario de la diva. Recorre su trayectoria desde que interpretó  Arabella, de Richard Strauss, el 7 de enero de 1962 hasta la fecha actual.

Fotografías comentadas por la cantante sobre personas clave en su carrera, imágenes de sus éxitos en el teatro, programas de mano y algunos de los impresionantes vestidos que lució en escena dejan constancia de la estrecha relación que ha mantenido con el teatro a través de su carrera. También hay un espacio para las parejas masculinas preferidas de la soprano catalana Caballé en escena: el fallecido Luciano Pavarotti, Plácido Domingo, Josep Carreras, Joan Pons, Jaume Aragall y Bernabé Martí, con quien Caballé se casó tras enamorarse en el Liceu, tras coincidir en 1963 en una producción de Madame Butterfly.

Dos documentales de una hora y 20 minutos permiten seguir los éxitos de la diva. Los martes, jueves y sábados se proyectarán gratis estas películas en el auditori del Espai Liceu, a partir de las 17.00 horas.

«Gracias a todos los amigos que durante tantos años me han dado su cariño», dijo ayer la cantante conteniendo las lágrimas, tras recorrer la exposición. La acompañaron, entre otros, Joan Francesc Marco, director general del Liceu, y Santiago Vela, comisario de la muestra que se exhibe en el balcón del Foyer del coliseo.

Por la noche, se celebró los 50 años de su debut en el Liceu con una gala a la que asistieron, entre otros, el Presidente de la Generalitat, Artur Mas, acompañado de su mujer, Helena Rakosnik, el conseller de Cultura, Ferran Mascarell, el alcalde Xavier Trias y el nuevo secretrio de Estado de Cultura, José Mª Lassalle.  

La soprano estuvo arropada por su hija, Montserrat Bernabé Caballé, que acudió con su esposo, Daniel Fidella, y de su hija Daniela. Tampoco quiso perderse el recital su hermano, Carles Caballé.

La Orquesta Sinfónica y Coro del Gran Teatre del Liceu , bajo la dirección de José Collado, acompañaron a la cantante de ópera catalana en este concierto. No pudo rstar presente el tenor barcelonés Jaume Aragall, por una indisposición de última hora.

Una de las sorpresas más aplaudidas,  la protagonizó la presencia de Juan Diego Flórez, que provocó el delirio con su magistral interpretación de La donna è mobile.

Plácido Domingo no pudo estar presente, pero mediante un vídeo se unió al homenaje, ya que está en plenos ensayos de una nueva ópera.

El emotivo aniversario se inició pasados apenas dos minutos de las ocho de la tarde, cuando la Orquesta Sinfónica y el Coro del Liceo ocuparon el escenario para ejecutar la Apertura de los Maestros Cantores de Nuremberg, de Richard Wagner.  A continuación, el consejero de Cultura de la Generalitat, Ferran Mascarell, tomó la palabra para agradecer a la cantante todo su trabajo a lo largo de los años, lo que provocó que Montserrat Caballé, muy elegante de rojo y negro, y acompañada por una muleta forrada de negro para compensar la cojera que e produjo una inoportuna caída en Zaragoza el pasado mes de septiembre, la soprano interpretó  la Habanera de Carmen.

Fueron aclamadas las actuaciones del barítono Carlos Álvarez con una pieza de I puritani,concretamente con Ah per empre io ti perdei, mientras que su amiga María Gallego demostró su arte con un excelente O mio babbino caro, un imponente Joan Pons con Cortiggiani y la emotiva aparición del tenor Josep Carreras cantándole a la diva su canción favorita, T’estimo, de Grieg, con quién se fundió en un emotivo abrazo.

A la soprano le hizo especial ilusión presentar a las más aventajadas alumnas, la coreana Ji Young-jo (Casta diva), la prometedora rusa Irina Churilova (Pace, pace) y la sudafricana Pretty Yende, ganadora de su concurso (I puritani). Su hija, la también soprano Montserrat Martí, se lució junto a Nikolai Baskov, que antes se había atrevido con la zarzuelera No puede ser de “La Tabernera deel Puerto”, interpretando juntos el dúo de El fantasma de la ópera. Ambos volvieron a unir su voces junto a Caballé y el coro en el bis dedicado al himno pacifista de Vangelis, March with me.

La diva ofreció sus voluntariosas versiones de la Habanera de Carmen, el aria de Le roi Lahore. La orquesta del Liceu, dirigida por José Collado, y el coro, que dedicó el Va pensiero de Nabucco a la homenajeada, cumplieron sobradamente con los objetivos de la especial noche.

Como broche, entonó un tema de la paz de Vangelis junto a su hija y Nikolay Baskov, que fue recibido por el público con efusivos aplausos y puestos en pie.  

«Ha sido una gala muy especial y me siento dichosa por tanto afecto recibido», confesaba la artista quien, a sus 78 años, todavía se resiste a poner fecha a la retirada de los escenarios. La cantante se había mostrado muy activa toda la velada. Y a pesar de tener que apoyarse en un bastón negro, a causa de una caída el pasado septiembre, mantuvo el tipo en su doble rol de intérprete y de maestra de ceremonias de una gala presidida más por las muestras de cariño que por lo artístico.

A raíz del incendio y destrucción del Liceo de Barcelona, en enero de 1994, cantó frente a las ruinas del emblemático teatro, a cuya reconstrucción destinó seis millones.

El público la ovacionó cálidamente durante largos minutos, demostrándole su cariño y admiración a la soprano que ha sido una de las cantantes emblemáticas que han difundido el nombre de Barcelona, Cataluña y España más allá de nuestra frontera.

Montse Carreño, 3 de Enero de 2012.