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Cincuenta sombras de Gregorio es un libro humorístico

Cincuenta sombras de Gregorio es un libro humorístico

Cincuenta sombras de Gregorio es un libro humorístico, pero con una gran carga de realidad, que muestra a ese hombre que comparte su vida con una mujer, en el que, tal vez, predominan las imperfecciones. Pero tiene algo a su favor: sabe hacer reír a una mujer.

Cincuenta sombras de Gergorio obliga a los lectores a meditar, enseñando que la literatura y sus escenarios es una cosa y la realidad en la que convive una pareja es otra muy distinta, donde cualquier parecido con la literatura es pura coincidencia.

Este “pequeño manual de contrainformación afectivo-erótica” repasa esos cincuenta matices con el fin de recordar cómo son realmente las cosas en la vida real. “No para dejar de soñar, sino para sonreír ante nuestros sueños, lo que hará que, tal vez se vuelvan menos grises e, incluso, más coloridos”. Y, por supuesto, muchísimo más divertido.

Christian Grey es el último mito erótico de la literatura. Se trata de un hombre rico, romántico, muy guapo, que sabe cómo hacer que una mujer se sienta especial y única, siempre atento al mínimo detalle, que lo daría todo por su pareja a la que colma de regalos carísimos. Grey es un hombre de éxito, poderoso. Tiene avión privado, una flota de coches de lujo y una fabulosa mansión de miles de metros cuadrados. Toca el piano como los ángeles y a la hora de hacer el amor… ¡Es el hombre perfecto que toda mujer desea para ella! (al menos, sobre el papel).

Gregorio es el hombre que duerme a tu lado y ronca, que se pasea por la casa enfundado en una camiseta vieja que le regalaron en el taller y un negado para recordar las fechas importantes o para detectar nuestras preocupaciones. Gregorio es el compañero-marido-amante de verdad, el alegre hombre corriente, plagado de defectos, con el que nos topamos cuando despertamos del sueño. Imperfecto hasta decir basta, pero que tiene algo de lo que Grey carece: nos hace reír.

“Mr. Grey lleva siempre prendas homewear impecables mientras, con el poderoso torso desnudo y los vaqueros rotos en su punto justo (…), se pasea con andares de puma por la casa. A veces, también Gregorio, durante los primeros días de convivencia, se parece un poco a Mr. Grey. Pero después, al cabo de una semanas, el torso poderoso (si de un torso poderoso se trataba) se esconde bajo camisetas decorada al óleo (del asado), mientras vuelve a guardar celosamente los vaqueros en el armario y los sustituye por pantalones de pijama estilo viejo canguro con las rodillas deformadas”.

“Mr. Grey involucra a su amada en situaciones extremas, saturadas de peligro (…). Gregorio también: a las reuniones de la comunidad de vecinos va siempre Lola”.

“Mr. Grey se deshace sensualmente el nudo de la corbata de seda (…). La camisa de lino blanco está perfectamente planchada y un par de poderosos pectorales asoman entre los botones que él desabrocha uno a uno. El señor Gregorio se quita con alivio los pantalones, mostrando las pantorrillas, que solo tienen pelo en algunas zonas (…). A continuación (…), se quita los calcetines y se los cuelga de las orejas, imitando a un alegre cocker spaniel (…). Mr. Grey se quita los pantalones con un solo y fluido movimiento. Los calcetines y los zapatos, en cambio, no precisa quitárselos porque de costumbre se le desmaterializan así, sin necesidad de intervención humana (…). Gregorio se desnuda por completo en un único movimiento que consiste en lanzar las prendas al suelo (…). Después, se encamina al baño, donde se luce en un concierto para hilo dental, cepillo y colutorio (…). Mr. Grey sale de baño (…) y se tiende sobre la cama (…): allí espera a que llegue su amada (…). Gregorio sale del baño. Se ha puesto la camiseta amarillo canario que le han regalado en el taller del coche y se desliza bajo las sábanas junto con el último número de Motociclismo. Allí espera a que llegue Lola”.

“Mr. Grey vive en una casa de fábula en la que si entrara Pulgarcito, en lugar de miguitas de pan tendría que ir tirando pizzas. Casa Gregorio tiene unos sesenta metros cuadrados, con un solo baño, dos pequeños dormitorios y un salón escuálido con cocina americana”.

Una vez leídas estas y otras sombras, cabe hacerse la pregunta del millón: ¿elegimos a Mr. Grey o nos quedamos con Gregorio? Rossella Calabrò no tiene dudas: “A la larga es mejor dislocarse las mandíbulas por una risatio que por una fellatio (…). Porque no hay mejor Gregorio que el que jamás trataremos de hacer que se parezca a Mr. Grey”.

Montse Carreño, 02-Febrero-2013

  • 02FEBRERO2013 Cincuenta sombras de Gregorio es un libro humorístico. Foto: Planeta.