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Dionisio se apodera del Teatre Apolo

Dionisio se apodera del Teatre Apolo

‘Dionisio, La Vid…y mil noches’ es el último y recién estrenado espectáculo de la compañía de teatro-danza Rafael Amargo que ya se está representando en el Teatre Apolo de Barcelona. Amargó llevaba seis años sin estrenar una obra completa, es decir, un título grande y ahora ha vuelto con esta producción. Está ilusionado de venir por primera vez al Paralelo, por ello, pensó “lo que sería para mí un espectáculo de revista,  es que fuera muy eclético, abierto a muchas disciplinas. Pero pensad que esto es una revista muy contemporánea, actual ya que se mezcla el cuerpo, la danza, con el texto y la palabra”.

Este personaje cuando se lo ofreció el dramaturgo Paco Ortuño se dio cuenta de que “era un personaje muy distante, pero cuando me puse a buscar me di cuenta que yo tenía muchas cosas de este personaje”.

Quiso el artista declarar “Cómo sabéis soy muy andaluz y español, pero también soy muy barcelonín, ya que fue la primera vez que llené un teatro, realice una temporada entera y me quisisteis tanto que os respondí con dos homenajes ‘Enramblao 1 y Enramblao 2’, cada vez que vengo a esta ciudad siento mucha nostalgia por mi tierra, me gusta ver como os tratáis, que se puede convivir en una zona donde parece que hay un conflicto con mucho amor y respeto”. 

Dionisio, el dios griego del teatro, el vino, el éxtasis y la fertilidad, es en palabras del propio Rafael Amargo “un personaje mítico, mágico, complejo, manipulador, emocionante y para mí uno de los más grandes de la mitología griega sin nombrarse el a sí mismo, y por eso yo sentí que era magistral por su astucia y segundo plano”.

De todos los inmortales que integraban el convencional panteón helénico, es con mucho el que ha gozado de más larga vida; su presencia está ya atestiguada en los primeros documentos escritos en lengua griega (las tablillas micénicas de hace más de tres mil años) y perdura hasta nuestros días en la filosofía de Nietzsche (El nacimiento de la tragedia), la novela de Thomas Mann (Muerte en Venecia), la película de Visconti (Teoreme) o la novela de Vargas Llosa (Lituma en los Andes).

Dionisio, concede a los humanos la felicidad suprema de la bacanal que conduce “a poner las almas en común”.

Dionisio, chorrea sobre la tierra vino y abre a los humanos su paraíso salvaje, la alteridad, lo que está prohibido. Se da a todos (mujeres y hombres); es el dios a la vez trasgresor, pero también la llama viva que busca la paz. Es un dios errante que navega sin rumbo, generador de danzas frenéticas, pero también es el perseguido, el sufriente y el moribundo, y todos los que le acompañan y son rozados por su amor deben compartir con él su ¡Trágico? Sino.

Tras recibir la Medalla de Oro de las Bellas Artes del Gobierno Español y la Medalla de Andalucía, es en esa tierra donde crea y estrena, con éxito ya avalado, su versión propia del dios de la mitología griega, en su red de teatros romanos: Málaga, Itálica (Sevilla) y Baelos Claudia (Cádiz). Ahora recala en Barcelona y seguidamente Madrid.

Es una producción de teatro-danza que aúne desde el flamenco, el ballet clásico y el contemporáneo, así como el texto, y que es, sin dudas, tras su estreno y respuesta del público, un aval seguro.

El artista internacional Rasta Thomas, es un bailarín, artista marcial, gimnasta y coreógrafo estadounidense, considerado, actualmente, como uno de los mejores bailarines de su generación. Acompaña a Rafael Amargo en su temporada en Barcelona en el papel de Apolo.

Montse Carreño, Febrero-2019