Hedges Club amplía su oferta

El pasado mes de abril abrió sus puertas el exclusivo y singular  club privado Hedges Club, en la zona alta de Barcelona, tan solo ha pasado un poco más de un mes y ya amplía su oferta con su nuevo Tea Room Business Bloom y nuevas oficinas para reuniones privadas, ya que su filosofía es convertirse en refugio de empresarios y artistas de la ciudad, es una institución con una larga historia en el Reino Unido.

Abrió un nuevo espacio gastronómico con salón de té y con entrada libre al público de nueve a nueva, y con nuevas oficinas para todo tipo de reuniones o eventos privados. Dispone de un gran salón que desean que se convierta en un espacio de encuentro de gente de la moda y especialmente de eventos para mujeres. Se sirven deliciosos desayunos y servicios de té con bollería francesa, pasteles americanos, tortillas y todo tipo  de  huevos al instante,  entre los que no pueden faltar los huevos benedict o a la florentina, también cereales, frutas y platos healthy. Para la comida recomienda las especialidades de wagyu (deliciosa carne de vaca japonesa de Kobe, marca de la casa) que puede ser preparado como carpaccio, croquetas, embutidos, patés…

Otros platos son la crema de verduras, las ensaladas, las tortillas, los surtidos de queso, las hamburguesas, y desde luego los steaks y medallones de wagyu. Para terminar la comida recomienda unos postres caseros, como las ensaladas de frutas, el brownie de chocolate, el pastel de zanahoria, la crema de fresas o la tarta de manzana.

Este club tiene el objetivo de ofrecer las instalaciones y servicios del mismo a cambio del pago de una cuota mensual y de este modo facilitar las relaciones sociales de personas del mundo de los negocios, la creatividad y las redes sociales, ayudando a crecer empresarialmente o realizando contactos que puedan cambiar su futuro.

Dirigido por Youcef Aden y diseñado por el mexicano Ricardo Guillén, en el club apuestan por la comodidad, la seguridad y el estilo. Dispone de tres espacios diferenciados que ofrecen la posibilidad como indica su director, de “trabajar, negociar y celebrar”, se puede elegir entre el Tea Room Business Bloom Club, el espacio gastronómico o el salón de té.

Hedges Club es un lugar pensado también para el entretenimiento. Los fines de semana se invita a disfrutar con los mejores  DJs y su selección de  cócteles y bebidas premium para olvidar los problemas o celebrar lo que surja. Los socios también podrán tener acceso a un servicio de automóviles y limusinas, así como a aparatos acuáticos como motos de agua, flyboards, etc , siempre en temporada de verano entre  muchas otras ofertas de ocio.  

Hedges Club es un club privado que requiere carnet de socio, se encarga un comité especial para dedicir si es una persona apta a formar parte de los miembros del club. El carnet que funcionará como una tarjeta de crédito, reportará todo tipo de descuentos y ventajas por cada gasto que  se haga y que será también válido en toda una serie de clubs parecidos por todo el mundo. El club cuida al máximo la seguridad y comodidad de sus socios y por ello selecciona cuidadosamente su comunidad. 

El Private Club Hedges & Butler reabrió sus puertas en 2005 como club privado para representantes de todas las artes creativas, la moda, la música, el cine, la radiodifusión y la industria de las comunicaciones. Con sede en el corazón de Londres, el club trajo una atmósfera de estilo, sofisticación y elegancia sin igual.  Era el único club en el mundo que tenía una orden real, hospedaba y entretenía a la realeza, a los políticos y las celebridades internacionales más importantes. Entre ellos estrellas del rock como  Mick Jagger o Prince, actores como Gerard Butler o a los mismísimos  príncipes  William y  Harry.

La historia del lugar comienza en el siglo XVII, cuando en 1667 Edmund Harris fundó uno de los comercios más antiguos de Inglaterra de vinos y licores: Hedges & Butler. El negocio era propiedad de miembros de la familia y William Hedges reubicó la tienda en el recién desarrollado Regent Street de John Nash en 1819. Primero comenzó como tienda de comestibles expandiéndose a un magnífico emporio que vendía vinos, licores, dulces, conservas, condimentos, Jamón de Bayona, miel de Narbona, salchichas de Bolonia, caviar ruso, musgo de Islandia, crema coagulada y tarrinas de paté de foie gras.

El primer gran avance de la compañía ocurrió cuando William Hedges recibió una orden real del rey Guillermo IV en 1830 y desde entonces Hedges & Butler se convirtió en proveedor oficial de sucesivos monarcas británicos y extranjeros, incluida la reina Victoria, el rey y la reina de España, el rey Eduardo VII, el emperador de Japón, el rey de Portugal, el rey Jorge V, el rey Jorge VI, la reina Isabel II, por nombrar  solo a algunos.

 El espíritu aventurero de Frank Hedges Butler y Charles Roll tuvo gran influencia en la historia del mundo del motor. Junto con Henry Royce,Ccharles Rolls fundó la firma de automóviles Rolls Royce. Más tarde, tres miembros del club Frank Hedges Butler, su hija Vera y Charles Rolls, organizaron una gira en automóvil, pero se canceló cuando el Renault 4.5 de Vera se incendió, razón por la cual  la dama organizó un vuelo en globo con Stanley Spencer, como  alternativa.  Durante el viaje posterior, acordaron con una copa de champán en la mano, formar el hoy legendario Aero club y, después del aterrizaje, este se puso en marcha sin demora. debido a la fuerte personalidad de Vera butler, fue un club abierto "por igual a damas y caballeros, sujeto a elección".

La influencia del club en esos primeros tiempos fue importante. sus miembros incluyeron y entrenaron a la mayoría de los pilotos militares hasta 1915, cuando las escuelas militares se hicieron cargo. La calidad de las instalaciones de entrenamiento y aviones a la Royal Navy por Francis Mclean fue el verdadero punto de partida del Royal Naval Air Service. Desde 1910, el club, al que se le había otorgado el prefijo royal ese año por sus logros y estatus, emitió certificados de aviadores, internacionalmente reconocidos bajo la Fédération Aéronautique Internationale.

Montse Carreño, Mayo-2018