La moda lloró a Jesús del Pozo

Falleció en Madrid a los 64 años a causa de un enfisema pulmonar, contra el que luchaba desde hacia varios años y del que, de forma repentina, sufrió un empeoramiento, en el hospital  La Paz, el pasado día 13 de agosto y lo hizo sin hacer ruido, de una forma tan discreta como a él le hubiera gustado. El diseñador nació en Madrid el 21 de diciembre de 1947 en el se de una familia numerosa y acomodada, era un apasionado de las artes. Empezó haciendo moda para hombre, pero en 1980 comenzó a diseñar para la mujer, una labor que le hizo merecedor de la Medalla de Oro de las Bellas Artes en 1998, que le entregó el rey Juan Carlos. Hombre polifacético, hizo alta costura, prèt-à-porter, moda nupcial y creó una docena de perfumes, que se comercializaron en 120 países, así como línea de lencería, joyas, pañuelos y hasta vajillas y moda infantil. Preocupado por el sector de la moda, impulsó junto a Angel Schelesser, Antonio Pernas, Modesto Lomba y Roberto Verino la creación de la Asociación Creadores de España que presidió hasta diciembre del año 2000 y de la que era secretario en la actualidad.

Entre sus musas, grandes actrices como Ana Belén, Marisa Paredes, Maribel Verdú, pero si ha habido alguien que ha paseado la moda de Jesús por todo el mundo esa ha sido la infanta Cristina. Los restos mortales fueron incinerados en el tanatorio de Tres Cantos (Madrid) y en septiembre está previsto su funeral.

Fue uno de los grandes referentes de la moda en nuestro país de los últimos treinta años.

Abrió su primera tienda de ropa masculina en 1974 en la calle Almirante, donde había nacido. Dos años más tarde presentó su colección de ropa masculina en París y en 1980 hizo la primera para mujer, pero a partir de ese momento se dedicó en exclusividad a la moda para mujer, convirtiéndose en uno de los grandes nombres de la moda española. Promotor de la Pasarela Cibeles hasta convertirla en una de las más prestigiosas del mundo. Fiel desde los comienzos a la Pasarela Cibeles, creada a principios de los años 80, no dudó en abandonarla, junto con otros cinco diseñadores por desacuerdos con la organización oficial. De hecho, fue uno de los impulsores de un movimiento que se conocería como los disidentes de Cibeles, que a lo largo de tres años presentaron sus colecciones al margen de la pasarela oficial. De ahí  surgiría la ACME, de la que Del Pozo fue primer presidente, y cuyo cometido era velar por los intereses de los diseñadores.  Hasta el 2002 no regresó a la cita madrileña.

Cosechó numerosos premios, en 1998 recibió la medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, siendo el primer diseñador que lo recibía. También obtuvo el Premio Nacional  Cristóbal Balenciaga  en 1989, la Aguja de Oro en 1981y la “T” de Telva al Mejor Diseñador nacional en 1999,  entre otros muchos grandes reconocimientos.

Se le recordara como el diseñador que apenas recorría la pasarela, prefería quedarse al fondo y agradecer los aplausos con una tímida sonrisa y un saludo con la mano.

Montse Carreño, 13 de Agosto de 2011.