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Las bodas desde los años 70 hasta la actualidad

Las bodas desde los años 70 hasta la actualidad

Raimon Bundó, realizó una retrospectiva para mostrar la evolución de las bodas desde los años 70 hasta la actualidad. Quiso exponer diez trajes de novias de diferentes épocas, algunos de ellos eran de clientas suyas, aunque aprovecho la ocasión para mostrar algún diseño de los que posteriormente si verían en la Barcelona Bridal Week.

Habían vestidos, alianzas, decoración, ramos y el catering que se elige para un día tan especial.

Según explicaron se ha pasado de una boda tradicional, con la ceremonia por la iglesias siguiendo unas normas y un protocolo, a una boda totalmente personalizada, es decir, los novios eligen todo lo que les gusta para que su gran día sea único.

En cuanto a los vestidos de novia, es quizás, lo que más ha notado el paso del tiempo, debido a que la moda marca una tendencia tanto en los tejidos, formas, escotes, velos, colas…

“Desde los 70 hasta ahora el cambio es radical, pero, en definitiva, se trata de un traje de novia con ciertas características y protocolos siempre iguales: cola, largo, marfil… Efectivamente los miles de tonos que existen de color marfil cambian de una a otra época, también los patrones, vitales para definir la silueta”, explicó Ivonne, diseñadora de Raimon Bundó.

El estilo en los años 70, época del movimiento hippie, era algodones con puntillas, culto a la pamela, adornos florales, poco volumen en las faldas, vestidos de corte entero y poca cola, eran vestidos cómodos y llevables e incluso confeccionaron algún pantalón acampanado.

En los años 80 se caracterizó por la sobrecarga de adornos e incluso de tejido en los vestidos. Las faldas eran voluminosas y fruncidas, colas interminables, bordados de pedrería y lazos, aunque las mangas jamón fueron las estrellas.

En los 90 se volvió a la ”normalidad”. Trajes de corte clásico, volúmenes contenidos, sin estridencias, trajes muy lisos de talle acinturado. Pocos bordados y discretos encajes. Talles a cintura, muchos fajines drapeados para marcar la figura.

Y, en el siglo XXI, las novias optan por ir naturales y con trajes sencillos que sean cómodos. Se desprenden de velos, en principio que tapen la cara.

Mucho tul de seda en las faldas y talles de todo tipo, desde imperio, cintura, a cadera… Escotes prominentes. Todo se lleva, desde un bonito y recargado bordado hasta un buen género liso que no necesita de abalorios para demostrar su categoría.

La novia Bundó desprende elegancia y sencillez por los cuatro costados, sea cual sea el estilo de vestido o los complementos que elijan para adornas el vestido.

En cuanto a la decoración nupcial empieza a tener importancia a partir de los años 90, anteriormente se consideraba al acto religioso lo más importante y la decoración no tenía presencia, era seguir un protocolo. Pero a partir de los 90 se empieza a dar importancia al color, a los detalles y las parejas personalizan la decoración tanto de la iglesia como del lugar del banquete.

Los ramos de la novia fueron evolucionando, en los 70, era una época liberal, donde la naturaleza es fuente de inspiración, es utilizaban flores naturales como las silvestres, la lavanda, la margarita o el jazmín. En los 80 fue la época de lo recargado, se llevaban los ramos de cascada, exuberantes, predominando las rosas, las gardenias o las camelias. En los 90 se retrocede y aparecen lo clásico, destacan los bouquets, las rosas pequeñas o los tulipanes. En este siglo se busca la originalidad. “Las novias piden peonías, hortensias, crasas. Se lleva el tema retro, vintage. También está de moda la flor preservada, una flor en estado entre natural y seca, se conserva para toda la vida, la flor tiene una apariencia natural y el ramo perdura para toda la vida” afirmó Marta Vilar.

Respecto a las alianzas y los solitarios, son piezas que no han sufrido cambios radicales. En los 70, se solicitaba el aro con sus cantos redondeados y en oro amarillo. Pero en los 90 empieza a introducirse el oro blanco. En la primera mitad de la década del 2000 los novios buscan nuevas formas, líneas rectas, singulares, más ligadas a la tendencia, como las combinaciones de oro rosa y blanco. Pero a partir del 2014, se vuelve a lo clásico, lo que se lucía en los años 70.

En los solitarios, la talla brillante sigue siendo la más demandada, aunque se lleva también la talla princesa.

El catering cambia, antes eran bodas clásicas y ahora son bodas preparadas por las parejas a su gusto.

La diferencia más destacada es que antes se servían grandes cantidades y finalizaban con la tarta nupcial. Ahora se presenta un menú de vanguardia con platos ligeros y por supuesto con el pastel al final. Aunque en muchos banquetes primeramente se hace un aperitivo mientras los novios se van a realizar la sesión fotográfica y de éste modo los invitados se relacionan entre ellos.

Montse Carreño, Abril-2017

  • ABRIL2017 La evolución de las bodas.
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