Mobalpa y Sarah Poniatowski reinventan una granja de montaña del siglo XVIII en los Alpes
Mobalpa sorprende con una colaboración especial, esta vez de la mano de una de las interioristas más reputadas del ámbito internacional. Tras la cocina teatral en colaboración con el diseñador Vincent Darré y la cabaña de ‘El sueño de Ines’ con la diseñadora Ines de La Fressange, Mobalpa reafirma su compromiso con la personalización, la combinación de calidad con arte de vivir, y la atención al detalle y al trabajo bien hecho. Esta vez, la marca se une a Sarah Poniatowski, fundadora de la Maison Sarah Lavoine, para un nuevo y emocionante proyecto.
El nuevo proyecto con Sarah Poniatowski destaca el savoir-faire ‘made in the Alps’ y el compromiso de la marca con la preservación del medio ambiente. Juntos han creado un proyecto sostenible, inspirado en la naturaleza circundante y diseñado con materiales eco-responsables.
Este proyecto encarna el estilo único de Sarah Poniatowski y la visión de excelencia de Mobalpa. La marca ha confiado el diseño de su nuevo proyecto a la interiorista, quien se sintió inmediatamente atraída por el desafío. Para Poniatowski, la montaña representa un refugio, un lugar precioso para evadirse y una fuente infinita de inspiración.
En La Clusaz, a 1.040 metros de altitud, al pie de la cordillera de Aravis, renovaron conjuntamente el salón de una insólita granja de montaña del siglo XVIII. Conocida por su estilo distintivo y atemporal, Sarah Poniatowski era la opción ideal para Mobalpa por su maestría en la combinación de la elegancia parisina con influencias eclécticas, y su habilidad en el uso de colores vivos, estampados gráficos y materiales refinados. Su perfil encaja perfectamente con la visión de Mobalpa sobre el diseño de interiores.
Mobalpa y Sarah Poniatowski han rehabilitado esta granja de montaña creando un proyecto fiel al estilo original de la vivienda, a su entorno y a los gustos y necesidades de sus propietarios. El resultado es un diseño contemporáneo que contrasta con el entorno, atípico y auténtico, a la vez que lo respeta y en el que la mezcla de experiencia probada y diseño contemporáneo refleja el compromiso permanente de la marca europea con la excelencia.
Esta vivienda, típica del siglo XVIII, se conoce como “membres en terre”, término francés utilizado para describir un método de construcción en el que parte de la casa, en este caso el lado norte, se entierra para proteger a sus habitantes del frío. El lado sur, originalmente, se utilizaba como establo con un desván donde se almacenaba el heno, proporcionando un aislamiento adicional. Aquí también se fabricaba el conocido queso Reblochon, que se maduraba en la bodega situada debajo de la casa.
Hace unos años, se rebajó el suelo del salón para conseguir un techo más alto y, actualmente se utiliza como lugar de reunión familiar. Los propietarios querían reformarla para mejorar el almacenaje, ganar comodidad y actualizarla con un estilo más contemporáneo.
En esta granja alpina, la diseñadora ha conseguido aprovechar los materiales, el almacenaje y todos los rincones, añadiendo su toque personal y su ojo artístico. La planta baja, de 40 m2, se ha dividido en dos zonas: el salón-comedor, con su suelo de madera original, y la cocina, con suelo de baldosas de barro de encanto atemporal.
El hilo conductor del diseño es el amor por la autenticidad, puesto de relieve por la elección de los materiales, y el fuerte deseo de avanzar hacia una paleta de colores y materiales que se haga eco de la naturaleza circundante, exuberante y verde en verano, y suave y pura en invierno.
A la granja se accede por una terraza con espléndidas vistas a las montañas que, en invierno, muestra una pista negra vestida de blanco. En esta zona de día, no hay nada que bloquee la luz, que se refleja directamente en la zona de asientos bajo la escalera. Este primer espacio se ha diseñado como un lugar ideal para relajarse, leer y descansar admirando las vistas, con elegantes estanterías a medida ideales para exponer libros, objetos de colección, jarrones y candelabros de la Maison Sarah Lavoine. El tinte de roble Dakota elegido para la librería combina con la madera de las paredes, y los arcones de almacenaje con asiento lacados en color verde oliva replican el mismo color que el mobiliario de cocina, creando un conjunto armonioso.
En el comedor, Sarah Poniatowski ha querido conservar una gran mesa y unos bancos de madera originales como piezas clave de este espacio. Mobalpa ha diseñado un mueble tipo bufé en el mismo color verde oliva que el banco bajo la escalera que da apoyo a la mesa, y un aparador que ofrece un amplio espacio de almacenaje con grandes cajones deslizantes. La encimera de color Atlas de Pierredeplan Recycle es perfecta para preparar comidas en familia.
La cocina se ha diseñado en un único lineal divido por dos espacios: uno que alberga la zona de aguas, con un fregadero de cerámica encastrado bajo la encimera de Pierredeplan Recycle, y el frigorífico integrado y panelado. La disposición de este mobiliario se ha pensado para permitir trabajar y preparar la comida disfrutando de la vista sobre la segunda terraza, con el excepcional panorama montañoso de fondo.
Para la zona de cocción, se ha aprovechado una imponente y auténtica cocina Godin de un caché innegable, para la que se ha diseñado, a su derecha, un armario de 50 cm de ancho con cajones interiores para almacenar productos a granel y otros productos secos. La estantería que incorpora el fregadero y el frigorífico se enfrenta a la cocina de época y a un amplio armario de almacenaje.
Tanto la marca europea y la diseñadora de interiores han optado por materiales ecorresponsables y por combinaciones originales que combinan a la perfección con la madera en bruto de las paredes de la granja. Los frentes de color verde oliva mate, fabricados con paneles 100% reciclados, añade un toque suave al espacio, contrastando elegantemente con el suelo de baldosas de la cocina.
Montse Carreño, Octubre-2024
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