Pedro Ruiz, sin pelos en la lengua

Tras tres meses de éxito en Madrid con “No estoy muerto, estoy en Callao”, el actor se ha visto obligado, por motivos de reformas  de sonido y luz, a descansar, pero ha pensado, me iré a Barcelona, pero como  el mismo dice no sabe estar quieto y  ha decidido actuar durante diez días, del 16 al 27 de enero. En la rueda de prensa de presentación, lo primero que dijo fue que los parados entrarían gratis a ver la obra.

“No estoy muerto,  estoy en el Apolo es un espectáculo de unas dos horas de duración, a veces un poquito más o menos, depende del espectador. Donde le brindo a la gente la oportunidad de burlase de los que se han burlado de nosotros. Y dónde hay mimos, canción, en serio y en broma, parodia, esperpento, provocación, participación del público, una actriz esplendida que es  Laura Bascuñana, música en directo, audiovisuales trabajados durante tres meses, donde aparece desde María Dolores Pradera hasta Fernando  Fernán Gómez, intento que la gente cada tres minutos tenga una parcela nueva de espectáculo, unas procaces, unas agresivas, unas tiernas, unas dulces, unas descojonantes, aparece Rajoy con su niña, que ya tiene 20 años y esta pa comérsela y pasan muchas cosas con un final emocionante porque es un homenaje a los que más me han enseñando, que son los artistas”.

En unos días publica su nuevo libro, Testamento, y en marzo volverá a Madrid para interpretar de nuevo su obra en Callao.

Pedro Ruiz inventó en España los espectáculos unipersonales, que unido a su indomable  sentido de la libertad y talento le ha convertido en el showman más completo y polivalente que se recuerda.

Con esta obra, lleva la friolera de veintiuno. Todos ellos combinando la crítica, el esperpento, la actualidad, la reflexión, el exceso, la ternura, la sorpresa… A Pedro, siempre le ha gustado que su soledad en el escenario pareciera un carrusel. Probablemente sea el artista español de más difícil  definición. Mordaz, inteligente, directo, controvertido…un creador polifacético que se define como  “Deliberadamente inclasificable”.

Ha protagonizado, escrito, producido y dirigido 17 espectáculos unipersonales. Pionero de este género y el primero en hacer show político con absoluta libertad. Gran comunicador tanto en televisión como radio. Autor de trece  libros de muy distintas temáticas. Director de cine y protagonista de tres películas. Conferenciante, solidario, rebelde y prolífico.

Comentando el tema de su libro dijo: “El próximo 21 de febrero en Madrid vamos a hacer  una cena, que yo he titulado “Cena funeral” conmigo de cuerpo presente, sabéis siempre me ha gustado ser muy puntual, y quiero llegar a mi muerte, antes que mi muerte,   además creo que no hay nadie que este más vivo que el que se sabe muerto. Cómo nunca le he temido demasiado a eso, salvo a la muerte de mis seres queridos, pues creo que parte de mi desvergüenza, es que considero al mundo un decorado y nadie puede asustarme porque el que me asusta, se morirá como yo”.

Sobre su vida, dejó claro: “Me queda por hacer todo lo que ya he hecho mejor y todo los que tengo en los cajones, me gustaría hacer buen cine, en la línea de Woody Allen. Que me desencasillen. Voy mucho al cine, cuatro o cinco veces a la semana, veo casi todo lo que hay en cartelera, menos las películas de gran publicidad, ya que no me interesan. ¿Por qué? durante dos horas los problemas los tienen otros, cierran las luces hago zapping de ti”.

Mi patria es mi madre, no hay más. Claro y contundente, así es Pedro Ruiz.  

Montse Carreño, 09-Enero-2013