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Restaurante Auto Rosellón en Barcelona

Restaurante Auto Rosellón en Barcelona

Auto Rosellón llevaba más de cincuenta años formado parte del paisaje urbano de L’Eixample, siendo un antiguo establecimiento de reparación de coches, pues todavía existe pero ahora ha sido tranformado en un restaurante con el mismo nombre ya que Bárbara Aurell junto con Max Altés-The Thing Thinks (estudio de creación de marca e imagen corporativa) han aprovechado el alma e historia del lugar para crear la imagen y el concepto de la marca, preservando para tal fin el nombre, la fachada y el rótulo del antiguo negocio.

Bárbara Aurell, alma del estudio de interiorismo Espacio en Blanco, es la artífice del nuevo restaurante Auto Rosellón, un espacio ecléctico basado en la innovadora idea del #NoTag: un lugar donde la comida, las personas, los sentimientos y la decoración son no tag (sin etiquetas) y auténticos. Todo en el local se puede ver, tocar, probar y experimentar, puede incluso ser explicado. Es difícil catalogar con una “etiqueta” determinada ya que cada uno de los elementos tiene personalidad propia. El conjunto resulta una mezcla espontánea de estilos, sabores y percepciones que hacen de Auto Rosellón un restaurante diferente y único.

Auto Rosellón se define más que como un restaurante, como una casa de comidas. La naturalidad, tanto de los sabores como del espacio, es el elemento clave de atracción del nuevo local, que carece de un estilo en concreto: son su personalidad y su alma las que crean la particularidad del ambiente.

Tiene un estilo casual y desenfadado creando un diálogo directo y cercano entre el cliente y el lugar, para que sienta la comodidad de estar en su propia casa. Uno de los recursos que Aurell utiliza para lograr esta calidez es la innovadora mesa de la chef: se encuentra frontalmente y da la bienvenida al local. Se trata de una mesa de trabajo real donde la chef cocina y prepara los platos, invitando a su espacio y dando de comer. Como en las casas, está llena de alimentos que se van consumiendo y reponiendo a lo largo del día.

Otro elemento a destacar de la familiaridad creada en Auto Rosellón es la distribución del local, que permite tomar asiento en una gran mesa con otros comensales para mezclarse, comentar y compartir la experiencia gastronómica.

La fachada sigue siendo azul, que contrasta con el interior que es un local austero, con suelos de hormigón y paredes blancas. En una de éstas se esconde un guiño al original Auto Rosellón: una línea de parking desubicada y en tonos grises. Presente también en pequeños elementos del espacio e incluso en su logotipo, un toque atrevido y chic: el uso sutil de tonos dorados.

El mobiliario, diseñado expresamente para el local, consta de elementos cuidados y mezclados de una forma ecléctica. Una vez más, es la unión de los elementos #notag la que caracteriza el espacio.

En Auto Rosellón hay cuatro zonas delimitadas: la cocina, el comedor, la barra y el exterior. La cocina, a plena vista y dando la bienvenida, es el elemento más atrevido de la disposición del local, y la encargada de representar la calidez y cercanía de este.

En el lateral, y con una apertura hacia el exterior, se encuentra la barra, diseñada especialmente para el local por Espacio en Blanco. Es de madera y mármol, con un aire retro que simula las barras de los cafés de los años 50. Esta es la zona más versátil de Auto Rosellón: durante el día ofrece pasteles caseros, bocadillos y cafés de La Marzocco que por la noche se retiran para convertir el espacio en coctelería.

Frente a la barra, una serie de mesas redondas adquiridas en un anticuario, que permiten movilidad en el espacio, conforman la zona comedor. Como asientos se mezclan taburetes de fibra de coco con sillas industriales holandesas de oficina, todas ellas con estructuras de colores pastel y diferentes tipos de madera. Esta mezcla de elementos destaca la idea de personalidad auténtica #notag.

Finalmente se encuentra la zona exterior, que empieza en la misma fachada. Ésta, se abre totalmente mediante una ventana tipo acordeón que integra exterior con el interior del local. Frente a la ventana, una gran mesa para compartir, con un look nuevamente retro. Ya en el exterior, los taburetes de fibra de coco permiten disfrutar de la comida al aire libre.

Cabe destacar, el atrevido baño, que apuesta por una propuesta extremada: íntegramente decorado con grafitis a cargo de Lucas Milá, artista catalán, a quien se dio total libertad para crear su obra.

Montse Carreño, Octubre-2016

  • OCTUBRE2016 Restaurante Auto Rosellón en Barcelona.
  • OCTUBRE2016 Restaurante Auto Rosellón en Barcelona.
  • OCTUBRE2016 Restaurante Auto Rosellón en Barcelona.
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