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Spoonikbcn experiencia gastronómica y sensorial

Spoonikbcn experiencia gastronómica y sensorial

En la zona alta de Barcelona se encuentra el restaurante Spoonik, concretamente en la calle Bertrán número 28, peo el problema es que a sus dos socios no les gusta la palabra restaurante por lo que se debe decir "vamos a comer al Spoonik" ya que tanto Jon Giraldo (Colombia) y Jaime Lieberman (México) consideran que se va a muchas cosas más que comer. Spoonik es una experiencia gastronómica y sensorial que va mucho más allá del puro placer de comer bien por lo que se convierte el ritual de la comida en una experiencia repleta de sensaciones y estímulos, sintiendo que al finalizar los comensales han formado parte de un espectáculo.

No se debe olvidar que durante más de dos horas están en un restaurante gastronómico, donde cada detalle está cuidado al milímetro, y donde los chefs ofrece una cocina de raíz Latinoamérica que toma forma de un menú largo y cerrado, al decir estas palabras nos referimos a que existe un solo menú, que puede ir con maridajes o no, pero una vez que el comensal está dispuesto a vivir la aventura es aconsejable hacerlo con maridaje, se debe hacer un completo, porque las aventuras a medias siempre dejan un sabor agridulce.

El menú es una sorpresa y aventura en cada plato que presentan, donde los sabores del Mediterráneo juegan con los del Atlántico, donde los ceviches se pueden hacer sin pescado, donde los platos tienen forma de dentaduras y emergen botellas de vino y licor que solo habitaban en nuestra imaginación.

Al mencionar la palabra sorpresa es que se sabe el menú pero no como se ha realizado y es que cada vez que presentan un plato te explican en qué consiste, además existe espectáculo de luz, color y sensaciones que es mejor no explicar mucho, sino se pierde magia de una comida especial. Es una experiencia que es mejor vivirla que ser contada.

Spoonik es pionero en Barcelona y Catalunya en brindar experiencias que van más allá de lo culinario. Según dicen que puede definir como el primer post-restaurant de la ciudad.

Lo primero que se debe obedecer es en la hora de llegada al local ya que todas las personas que han solicitado ese horario van a comer juntos, en mesas separadas pero al unísono en cuanto a las explicaciones del propietario y la puesta del plato en la mesa. Ofrecen una copa de cava para empezar con un refrescante pinxo de melón fusionado en café con forma de media luna tallado a mano, con ello pretenden que el paladar se vaya preparando para vivir la experiencia gastronómica 360º e ir sumergiéndose en el ambiente tan especial que se va creando durante la comida y sobre todo en el paladar del comensal al notar nuevas sensaciones.

Seguidamente te solicitan si puedes acompañarlo a un lugar que casi en todos los restaurantes es vetado para los clientes ya que es donde se preparan las comidas, pues ellos quieren que se vaya a probar un plato en la cocina, concretamente un snack de pizza efímera, según instrucciones de Jaime Lieberman se debe comer entero, es decir, todo a la boca de una vez y luego masticar despacio para que los ingredientes se puedan saborear. Seguidamente presentan unos platos preciosamente decorados en uno son loros y en el otro la famosa pintora Madgalena Carmen Frida Kahlo, en uno pusieron el semiesférico eléctrico de leche de tigre, compuesto de ceviche vegetal de cactus, mango y manzana mientras que en el otro Panucho que es confit de pato al Pibil, cebolla nispek, frijoles y aguacate. Al ser trozo pequeños aconsejan comerlos enteros para que la conjunción de los ingredientes juegan en el paladar del comensal, al ser una mezcla muy dispar de sabores.

Se vuelve a la mesa para seguir con la experiencia y aparece la Oda al maíz, que son varios platos relacionados con dicho producto, hay crema, helado, texturas…

Llega el Tiempo de Ceviches que está compuesto por navaja a la vainilla, calabaza en salsa criolla, erizo de mar y ostra Nikkei, aconsejan que se coma siguiendo las agujas del reloj, es decir, empezar por la navaja (18h) y seguir por la ostra Kikkei (21h) y los otros dos para finalizar, realmente se produce una mezcla en el paladar de sabores extrañísima pero realmente exquisita.

Llega el momento que baja la luz del local y aparece Jaime para preparar delante de todos el Cocoloco Ice Cream que es un helado de coco para despejar cualquier sabor o aroma que todavía quede en el paladar ya que ahora viene la carne y el pescado, que consiste en salmonete frita por baño por un lado y vaca vieja confitada para otro plato, éste plato ha sido cocinado a baja temperatura durante 48 horas.

Los postres los forman siete texturas diferentes de yogurt natural, como pueden ser frutos de hueso, espuma de melocotón, helado de queso fresco… Y como colofón a esta extraordinaria experiencia ponen los Petit fours de Jaime & Ricki.

Pero no nos hemos olvidado de las bebidas, que se dividen en tres apartados, según las preferencias del comensal y el precio le dan la deseada, son: Catalanes, Singulares y Leyendas.

Como su nombre indica la selección "Catalanes" la componen cerveza Damm y vinos de la Terra Alta y del Penedés y el cava de la tierra. Los "Singulares" vienen de lugares diversos como Wairau Vallei, Yamaguchi, o de Formentera y Asturias. Y, para los paladares más selectos lo más exclusivo la "Leyendas" que lo forman vinos de Saint Tropez, Andalucía, Poully-Fuissé y el champagne es Dom Perignon vintage 2006.El somelier es Unai Mata que en cada ocasión explica un poco la procedencia del vino que se va a degustar con el plato, debido a que para cada comida tiene su vino para maridar a la perfección.

Spoonik abrió sus puertas hace menos de un año pero ya han logrado ponerse entre los mejores pero principalmente entre las experiencias diferentes, ya que todos están acostumbrados a las típicas comidas y se sabe que acudir aquí es pasar una experiencia totalmente distinta. Además la pasión que ponen al presentar el plato o la bebida ya hace que te sientas en otro lugar, lo dicho, experiencia única y diferente.

Montse Carreño, Junio2017

  • JUJNIO2017  Spoonikbcn experiencia gastronómica y sensorial. Foto: Montse Carreño.
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