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Unión de Picasso con la creación culinaria de Ferran Adrià

Unión de Picasso con la creación culinaria de Ferran Adrià

El Museu Picasso presentó la primera exposición mundial dedicada a la vinculación del artista con la gastronomía, bajo el título ‘La cocina de Picasso’. El famoso pintor pintaba todo aquello que le inspiraba, era un hombre polifacético,  incluso llegó a escribir a la edad de 54 años momento muy complicado en su vida personal ya que se estaba divorciando, iba a ser padre con otra mujer y pensaba que el mundo de la pintura ya no tenía temas para desarrollar.

Hasta el 30 de septiembre se puede  ver la exposición que cuenta con una selección de más de 200 obras que se han podido obtener de diferentes museos de todo el mundo,  comentó Emmanuel Guigon, director del Museo y comisario de la exposición, incluida la que tiene el nieto del artista, que estuvo en la inauguración de la exposición pero quedó apartado por la presencia del chef Ferran Adrià.

La exposición es una muestra monográfica y multidisciplinar de obras del aristas vinculadas con el tema gastronómico.

El propio Museo solicitó la colaboración excepcional de Ferran Adrià para exponer en una sala anexa una exposición que estableciera por primera vez en su trayectoria un diálogo entre el proceso creativo de Picasso y la creación culinaria contemporánea. El famoso cocinero muestra dibujos, vídeos y fotografías. Exclamó “Me siento feliz de estar en uno de mis iconos creativos, el otro era Johan Cruyff”.

Se pueden ver obras que hacen referencia a restaurantes, naturalezas muertas que destacan por las herramientas e ingredientes; escritos poéticos que se basan en el imaginario culinario, la cocina como metáfora del acto creativo del artistas, estos son los puntos que sobresalen de la exposición dónde el espectador descubrirá des una nueva perspectiva la vida del pintor. A través de la pintura, la fotografía, la escultura, y el escrito literario, Picasso presenta la comida como una fuente de deseos inconscientes que constituyen un lenguaje metafórico por excelencia.

A partir de 1933, momento en que Picasso se exilia de España para no volver jamás, el tema de la cocina se convierte en un espacio primordial de la memoria y el recuerdo del artista, explicó Androula Michel, comisaria de la exposición.

Emmanuel Guigon, ya lo explicó claro que no consideraba la exposición sobre la cocina de Picasso algo incongruente, pues la cocina es un sutil factor revelador de las artes de Picasso: pintura, grabado, escultura, cerámica, poesía, teatro. Los restaurantes eran lugares de encuentro, desde Quatre Gats de Barcelona hasta el cabaré Au Lapin Agile de la colina de Montmatre en París, en cuyas mesas se sentaban las bohemias de la época y la pandilla de amigos de Picasso.  Para el creador, el propio acto de comer y digerir es una metáfora. A través de lo que se puede comer e incluso de los incomestible se  da la feliz posibilidad de engullir el mundo. Picasso posee esta afición por el mundo y lo concreto hasta hincarle el diente y cogerle el gusto “Ya no puedo más de este milagro que es el no saber nada en este mundo y no haber aprendido nada sino a querer las cosas y a comérmelas vivas”. Sus invenciones permanentes y la euforia de su imaginario son el testimonio de un apetito insaciable. Picasso entra en escena en el ruedo de la cocina e inicia allí su gran ceremonial. Ya lo dijo Heráclito “Los dioses están en la cocina”.

La exposición es muy interesante ya que se descubre una parte desconocida de Picasso y además lo han dividido por partes, pudiéndose entender cada momento.

Montse Carreño, Junio-2018