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Nueva exposición en el Palau Martorell de Alphonse Mucha

Nueva exposición en el Palau Martorell de Alphonse Mucha

El Palau Martorell de Barcelona abrió con una exposición sobre Sorolla pero una vez finalizada cerraron para realizar unas reformas, ahora abren sus puertas para acoger al artista checo Alphonse Mucha, uno de los máximos exponentes del art nouveau  con una  exposición que estará hasta el 15 de octubre.

Alphonse Mucha (Ivančice, Chequia 1860 - Praga, Chequia, 1939) fue uno de los artistas más influyentes y célebres del París de fin de siglo, conocido sobre todo por su obra gráfica: por los carteles de teatro para la actriz Sarah Bernhardt y por sus paneles decorativos con mujeres elegantes de largos cabellos.

Mucha creó un estilo propio - le style Mucha - caracterizado por composiciones armoniosas, formas sinuosas, líneas orgánicas y una paleta apagada, que se convirtió en sinónimo del nuevo estilo decorativo emergente de la época: el art nouveau.

Sin embargo, a pesar del fuerte impacto del estilo de Mucha, las ideas estéticas que subyacen a su desarrollo son menos conocidas. Esta exposición quiere mostrar al espectador los resultados de las investigaciones más recientes que se han realizado en torno a la idea de belleza, desarrollado y conceptualizado por Mucha, que sin duda supuso el eje central de toda su obra.

La muestra se compone de más de 80 piezas, seleccionadas de la colección del Mucha Trust, entre las que se incluyen sus famosos carteles dedicados a “la divina” Sarah Bernhardt, objetos comerciales con sus inconfundibles diseños, además de fotos y dibujos preparatorios de sus obras de su periodo parisino.

También analiza cómo el artista expresó su nacionalismo checo a través de su lenguaje artístico tras su regreso a su tierra natal en 1910. Para ello, el visitante podrá disfrutar de la proyección a gran escala de las imágenes digitales de los 20 lienzos que componen La epopeya eslava.

La exposición, comisariada por la experta Tomoko Sato, está organizada por el Palau Martorell en colaboración con la Fundación Mucha, institución que se ocupa de preservar, conservar y promover el legado del pintor.

La exposición se organiza en 3 secciones temáticas: Mujeres. Iconos y musas; Le style Mucha. Un lenguaje visual y Belleza. Poder de la inspiración.

1. Mujeres. Iconos y Musas. Esta sección analiza dos grupos de obras: los carteles teatrales para Sarah Bernhardt y los carteles publicitarios para productos comerciales. Estudiando de cerca estas obras, se explorarán las estrategias de diseño de Mucha, especialmente su uso de imágenes de bellas mujeres como iconos y vehículos de mensajes comerciales.

Lo primero en ver es la Gismonda, el primer cartel diseñado por Mucha para Sarah Bernhardt. Retratando a la mejor actriz francesa de la época, Mucha transformó a "La Divina Sarah" en una diosa bizantina. Este cartel fue inmediatamente aclamado cuando apareció en las carteleras de París el día de Año Nuevo de 1895. Su gran impacto visual radicaba en la utilización de un formato alargado y de sutiles colores pastel, contornos que fluyen con elegancia para representar la sublime imagen de la actriz, y el equilibrio entre sencillez y elaboración. Fue sin duda sorprendente para el París de la época por su novedad.

Encantada con el éxito de este cartel, Bernhardt ofreció a Mucha un contrato para realizar diseños de escenografía y vestuario, así como carteles para sus producciones teatrales. En virtud de este contrato, que se prolongó desde 1895 hasta 1900, Mucha realizó otros seis carteles para producciones de Bernhardt, entre ellos La Dame aux Camélias (1896), Lorenzaccio (1896) y La Samaritaine (1897), que se pueden ver en la exposición.

2. Le Style Mucha. Un lenguaje visual.  En la época de Mucha, el concepto de arte experimentó cambios revolucionarios con la llegada del modernismo. En consecuencia, la noción clásica de "belleza", uno de los rasgos definitorios del arte, también se puso en tela de juicio y se amplió para abarcar nuevas ideas.

En esta época de cambios, Mucha persiguió el valor universal e inmutable del arte. En esta búsqueda, el artista llegó a creer que el objetivo último del arte era la expresión de la belleza, que se lograría, en su opinión, a través de la armonía entre los contenidos internos (ideas, mensajes) y las formas externas.

Mucha desarrolló una fórmula de diseño personal, un lenguaje propio para comunicar, que utilizaba la imagen de una mujer - el símbolo de su mensaje de belleza - combinada con flores y otros motivos decorativos derivados del arte popular checo, así como de diversas culturas exóticas.

Para Mucha, los paneles decorativos (panneaux décoratifs), que se pueden ver en la exposición, eran un medio ideal para hacer realidad su aspiración. Creados por primera vez por Mucha y su editor, F. Champenois, eran carteles principalmente sin texto, diseñados con fines puramente decorativos.

Sobre los paneles, Mucha escribió más tarde: "Me alegré de participar en un arte para el pueblo y no para salones privados. Era barato, accesible al público en general, y encontró un hogar tanto en las familias pobres como en los círculos más acomodados…". En este sector de la exposición se encuentra un área dedicado a Mucha y la fotografía.

Durante la segunda mitad de la década de 1890 las fotos empezaron a desempeñar el papel de un cuaderno de notas y un diario visual para Mucha, que complementaban sus bocetos y dibujos. Destacan el gran número de imágenes tomadas de modelos que posaban en su estudio, muchas de las cuales se pueden ver en la exposición.

3. Belleza. El Poder de la Inspiración. Mucha regresó a su patria en 1910 para cumplir su sueño de trabajar por la libertad política de su país, que culminó en su obra maestra La epopeya eslava (1912-1926) y otras obras destinadas a inspirar la unidad espiritual de los pueblos eslavos.

En esta sección se muestran ejemplos de las últimas obras del artista, explorando cómo le style Mucha se convirtió en el arte de hacer mensajes. Aquí se exponen carteles para inspirar la solidaridad checo-eslava, así como su excepcional óleo Canción de Bohemia, realizado en 1918, el año en que su patria obtuvo la independencia.

El recorrido termina con una proyección a gran escala de imágenes digitales de los 20 lienzos que forman La epopeya eslava, pintados entre 1912 y 1926, donde Mucha presenta la historia del pueblo eslavo.

En 1928, Mucha donó la serie completa de La epopeya eslava a la ciudad de Praga como un regalo al país por el décimo aniversario de su independencia.

En la inauguración estuvo Marcus Mucha, director ejecutivo de la Fundación Mucha y bisnieto del artista; Tomoko Sato, comisaria de la exposición y de la Fundación Mucha; y Josep Félix Bentz y Jesús Rodríguez, CEO’s fundadores del Palau Martorell.

Montse Carreño, Julio-2023

Foto: Montse Carreño.